sábado

me/moria

¿Cuánto hace ya? No lo sé, nunca fui bueno para las fechas. Pero hoy volví a tomar una mano en el cine, con la única diferencia que no era la tuya. Tampoco podría decirte de quién era, no lo sé. Fue en un momento de la película que sentí ese impulso, me había olvidado completamente que había ido solo y que quien estaba a mi lado era una completa desconocida. Ella, con una natural soltura, quitó la suya y siguió viendo la película en silencio. Sólo cuando terminó me miró, pero con el solo objetivo de saber quién había sido, nada más. Creo que entendió lo que me pasó.
Luego fue como bajar una escalera mecánica que sube, no pude quitar los recuerdos de mi mente. Por empezar, la película era de esas en las que vos te ibas a los veinte minutos, pero yo, con mi estúpida moral artística, me quedaba hasta el final. Claro, ahora elijo todas las actividades y voy sólo a ver ese tipo de películas. O tal vez esos conciertos en que te quedabas hasta el final, en lo que quizás eran unos de tus actos de amor más puros, pero para decir luego, y sin reparos por quienes nos acompañaran, que había sido una reverenda estupidez, “puro ruidito”, que hubieras preferido quedarte en casa. ¡La próxima andá solo! Pero siempre me acompañabas.
Cuando salí del cine me vine directo a casa. ¿Sabés? Ahora puedo volver caminando, claro, ya no tengo el terror de que te pase algo delante de mí. El barrio sigue desbordado de travestis mal afeitados y borrachines con olor a meo, pero sólo se acercan para pedirme puchos o monedas. Después de todo comparto el mismo hábitat, vos eras la que no pertenecía, la que sin quererlo y sólo por presencia, marcabas la distancia. Me acordé de cuánto te gusta ir a esos restaurantes caros, que seguramente si yo iba solo no me dejarían pasar, pero como era tu acompañante se me abrían todas las puertas sin hacer ningún ruido y con sonrisas. Ahora tengo que vestirme.
En el camino, luego de que en el cine no me hablaras, te volví a escuchar en la esquina donde habían atropellado a un tipo. No sé si estaba muerto o que, pero me acerqué, como siempre, a ver la gente que se junta en esas ocasiones. Me decías “yo te espero acá, no podés ser tan morboso.” Y te explicaba una vez más que no era el accidente, sino que era la reacción de la gente lo que me interesaba, me daba curiosidad y, quizás, hasta me causaba gracia. Otro de los tantos espectáculos que tampoco compartíamos.
Sigo pensando hace cuánto… no lo sé, en medio de abandonos, cánceres y robos me acuerdo que firmé los papeles un viernes 13. Ya hacía como una semana que me habías dejado -si, ya sé que vos decís que yo te dejé antes, pero yo no lo creo así- pero no logro acordarme el mes. No puedo. En definitiva, al lado de todos estos recuerdos, ¿Qué mierda me importa si fue febrero, marzo o abril?
Blogarama  Bitacoras.com
Sitio certificado por
Adoos
flat 1 bedroom
online kleinanzeigen
Bloggiar Blogs
Vuelos Baratos